"Si piensas que la aventura es arriesgada, prueba la rutina... es mortal"

Pablo Coelho

martes, 24 de mayo de 2011

BARRANCO DE MATAMOROS DESDE EL HOSTAL







Sábado 21 de mayo... jornada de reflexión, y a reflexionar nos vamos... se nos ocurre nada más y nada menos que ir de inspección a un barranco que se nos antoja que puede tener alguna cascada interesante, así que nos vamos de expedición a una nueva aventurilla.
Como vamos dispuestos a equipar llevando herramienta, cuerdas y utensilios varios, nos vamos en coche hasta la balsa del jupillo, desde allí nos vamos por la senda que une con “La Venta” luego hasta “Los Mores”, y siguiendo el PR de las masías hasta “El Hostal”... una buena caminatilla para calentar.
Una vez en el hostal, nos bajamos hasta el barranco de Matamoros (gracias por la corrección) y vemos que entre que está cerca del grupo de masías, que hay agua y fuentes cercanas y que las vacas campan a sus anchas por la zona, el barranco y su curso es bastante accesible. Pasamos por la fuente del Hostal, toreamos un poco a las vacas, bueno eso de torear... más bien esperamos “respetuosamente” a que se vayan para pasar, además van con ternerillos y están un poco a la defensiva.
Pronto llega el agua, y por cierto soy el primero en probarla por un mal equilibrio sobre una roca... hasta las rodillas... risotadas varias (Cabroncetes).
El barranco se va engorgando, hasta que llegamos a una cascada (seca) de 10 metros, vemos con sorpresa que está equipada pero viendo la seguridad (ya debe tener unos añitos), decidimos equiparla nosotros con “parabolts”, rapelamos esta cascada que nos deja sobre una terracita desde la cual, para salir hay que mojarse los pies (o más si eres un poco torpe como yo). Jorge y Armando se inician en esto de rapelar.


Después nos encontramos un salto que si hubiésemos llevado neopreno sería cojonudo para divertirse un rato, pero yendo de “secos” nos toca hacer el capullo para evitar la poza y tenemos que echar cuerda por un lateral jugándonos el tipo.
A partir de aquí y después de una dura pugna con las zarzas y tollagas (salimos más arañaos que el amigo de Ben-Hur después de la carrera) nos vamos por la rambla hasta llegar a nuestro conocido PR que nos llevará pasando cerca de la caldera hasta los Gavites y de allí a los coches.
Buena caminata, doy fe, pero demasiada vuelta para dos puntos de interés... lo importante si está hecho... pasarlo bien y tener nuevas anécdotas que contar, y como no el CAMET estuvo allí.
Un saludo,

martes, 17 de mayo de 2011

OTRA VEZ AL BARRANCO DEL LOBO, 15 de mayo 2011









Esta vez teníamos invitados novatos y querían probar lo que era un barranco, así que los llevamos al Lobo, que reúne características como: ser corto, bonito, y lo suficientemente técnico como para que valoren el trabajo bien hecho por un buen guía (El Benja) y la seguridad ante todo.


Así que nos fuimos Benja y yo, con mi sobrino Guille y José María, un amigo suyo. Como dos buenos urbanitas, llegaron con su chándal y sus zapas de ir al gimnasio, sin mochila, sin almuerzo y sin agua… ¡con dos cojones, chavales…! menos mal que aquí estaba el tío y su amigo, que con la camaradería que surge en la montaña, enseguida les cogimos algo de alimento y un poco de agua (amén de la bota de vino, que ya inseparable nos acompaña a todas nuestras aventurillas… un homenaje a Labordeta)


El barranco en su línea, tan solo resaltar que un par de pozas tenían más agua de lo normal, y de esta manera practicamos el rapel guiado para evitar mojarnos el culete, y también que contándonos a nosotros éramos tres grupos para tan pequeño barranco… esas reseñas en interné han hecho que la fama llegue a este enclave, eso sí hay que agradecerlo, ya que limpio de vegetación estaba, y como nunca.


Bueno, chavales, espero que disfrutarais, aunque me consta que sí, y si esto hace que os duela más el picotazo de la montaña… ya sabéis donde estamos y por este blog podéis ver lo que hacemos.


Un saludo, y felices agujetas….

martes, 3 de mayo de 2011

EL CAMET DENUNCIA: VANDALISMO EN LOS MORES


El pasado sábado 16 de abril, para quitarle el polvo a las botas, los tres mariachis de casi siempre, decidimos darnos un garbeo por la montaña y almorzar. Tirando de imaginación no se nos ocurrió otra cosa que hacerlo en ese mágico lugar que conocemos como “Los Mores”.

Mucho hemos hablado de ese enclave entre montañas, una aldea abandonada, en la que parece que salieron todos con prisa y sin mirar atrás. Sus calles todavía parecen conservar la esencia de la vida (dura supongo) que allí transcurría hasta aproximadamente los años 60.

Mucho se ha hablado también de los desalmados “cazatesoros” que han expoliado sin ningún miramiento los aperos y enseres que allí quedaron. La lluvia, el viento y el descontrol del ganado, ha ayudado bastante a la destrucción sistemática de las masías.

Pero no sé por que, algo de allí nos atrae, seguimos yendo a visitarlo en cuanto tenemos ocasión. Algo nos llama como si los espíritus que por allí merodean, nos atrajesen para brindarles algo de compañía y así poder oír voces más allá de la del viento.

Pues bien, como digo, y seguramente atraídos una vez más por esas almas, aparecimos por allí para comernos un bocadillo, echar unas risotadas y hacer eso que nos gusta… caminar por las sendas que antaño unían las masías con los pueblos. Sorpresa la nuestra fue, a la llegada al antiguo frontón (curioso legado que a duras penas queda en pie), ver que unos descerebrados habían decidido decorarlo con sus nombres e iniciales y unos garabatos ridículos, pinturas hechas con carbón de la hoguera que inconscientemente habían hecho para calentar sus culos en el pequeño rincón donde solemos avituallarnos.

Desde aquí y por el poder que brinda la “red de redes”, invito a todos nuestros amigos y lectores a difundir esos nombres e iniciales, así como las imágenes incriminatorias, para que se pueda identificar a estos malnacidos iconoclastas y que alguien les enseñe un poco de educación, civismo y respeto por estos lugares tan entrañables a los que nos gusta ir para disfrutarlos.

Jose D.T.
Marta I.
Jorge M.G.
Elena N.

A los cuatro… que os den…