Fecha 27 de noviembre de 2011
La mañana
era fría (3º aprox) y nos reunimos en el aparcamiento de abajo (allí vimos que
el Villahermosa también cargaba agua): Enrique, Mino, Amparo, Armando, Jose
María, Benja y Loren (yo), y desafiando a las normas de tráfico tuvimos que
dejar un coche allí y con el otro subir los ocho hasta la cabecera.
Si la
mañana era fría, ni que deciros como estaba el agua del barranco, desde luego
os aseguro que las pozas no invitaban mucho a “esplayarse” en ellas. En la
espera a la bajada del rapel de 35 metros la verdad es que pasamos bastante
frío hasta que el solete (mi tocayo) empezó a asomar por encima de las peñas.
En poco
menos de un mes lo hemos visto seco y esta vez con algo de agua, ya solo falta
verlo con una buena corriente que de pie
a disfrutarlo de verdad.
El rapel
principal (el de 35 metretes) en su línea, ofreciendo tensión.
Todo bien
y la llegada sin percances que es lo importante.