"Si piensas que la aventura es arriesgada, prueba la rutina... es mortal"

Pablo Coelho

miércoles, 18 de abril de 2012

BARRANC DE LA NOGUERETA – 14 DE ABRIL DE 2012




Tras esta frenética actividad barranqueril, y por el éxito de la semana pasada de encontrarnos con el Manzano de aquella guisa, decidimos volver a probar suerte.

La idea era ver como discurría de agua, y si el Manzano no satisfacía nuestras aspiraciones, veríamos como se las gastaba el barranco de “La Noguereta” (o escaleras o el de los árboles, según quien lo nombre). El caso es que el día que nos encontramos tanta agua, unos barranquistas que nos cruzamos nos avisaron que hasta este barranco tan vertical llevaba agua para necesitar neoprenos (por lo cual ellos se retiraban ya que no los habían cogido)


Nos volvimos a asomar a la desembocadura del Manzano al Villahermosa, pero esta vez no discurría ni una gota, así que la opción de repetir se canceló y decidimos emprender el otro.

Sorprendentemente nos encontramos con bastante agua en la cabecera, no la suficiente como para necesitar ponernos los trajes “de baile”, pero si para ir con cuidado en el primer rapel, aun así algo si que nos mojó.

Tras un rato bajando el caos de piedras desde ese primer equipamiento vimos como la tierra se bebía todo rastro de humedad y el resto fue en seco.



Eso sí, no nos defraudó, las vistas de esta fabulosa caída en vertical, como siempre espectaculares, un gusto para los sentidos. Tenía ganas yo de volver al que fue mi primer barranco.

Partícipes: Armando, Benja, Jorge, y este que suscribe (Loren)

saludos





jueves, 12 de abril de 2012

LA “CHAMBÁ” DEL CENTENAR AL MANZANO – 7 DE ABRIL DE 2012 (LA NATURALEZA CAPRICHOSA)



Tras quedarnos con las ganas de agua del día anterior (Barranco del Lobo), decidimos coger los neoprenos en serio para darnos un buen remojón en Zucaina, concretamente en el Barranco del Centenar. Se supone que este es de los primeros que coge agua con las lluvias, y días antes había caído algo.

Llegamos con dos vehículos a la salida del barranco para dejar uno de ellos, y por precaución nos acercamos a ver el caudal en la última cascada… Oh sorpresa… seco como la mojama, ni la poza final tenía una solo gota.

Cautivos por el desánimo, decidimos al menos homenajearnos con un almuerzo en el “Solsona” de Ludiente y allí que nos comimos unos buenos bocatas. El río Villahermosa evidentemente seco también.



 Aquí terminaría la crónica si no fuese porque al irnos y pasar frente la desembocadura del Barranco del Manzano, a Benja se le ocurrió mirar y ver como éste desaguaba a base de bien ¿Cómo era posible? ¿cómo un barranco que necesita bastante más régimen pluviométrico que otros (como el Centenar) lleve agua y la suficiente para llegar a tributarla al cauce del Villahermosa?

Así que a pesar de la hora, nos dimos la vuelta y a resolver ese misterio. Dejando un vehículo de regreso en la carretera, con el otro nos subimos a la cabecera y allí tras equiparnos debidamente con el neopreno nos metimos en el cauce que bajaba alegre como pocos días al año lo hace. Pensamos que debe ser algún acuífero que esté recibiendo el deshielo de otras zonas (Penyagolosa o tal vez Valdelinares…) además, fría estaba de cojones. El caso es que hay que estar pendientes para otros años por estas fechas si vuelve a cargar agua sin necesidad de grandes precipitaciones.

Agua había para aburrir, de hecho llegaba con movimiento hasta su llegada al Villahermosa (eso sí, una vez allí desaparecía debajo de la grava). Los que conozcan el barranco pueden saber que para que se de la circunstancia de verlo desaguar, es porque baja más que contento.

Como muestra un botón, solo hay que ver, admirar y envidiar las fotos que hicimos.

Saludos







AL LOBO NO TEMEMOS... (ni con lluvia)





6 de abril de 2012...Viernes de pasión y al Lobo a hacer penitencia un rato. Allá nos vamos Jorge, el Negri, Benja y Loren (yo) a hacer un poco de práctica.

Con una amenaza constante de lluvia que se materializó prácticamente en todo el recorrido (incluso hubo que refugiarse durante un momento en un abrigo de roca para evitar una ligera granizada)  estuvimos en este barranco haciendo prácticas de descenso con alguna desviación de rapel (más o menos afortunada) y evitando en lo posible las pozas inundadas, que creíamos que nos daría más problemas, incluso llevábamos en las sacas los neoprenos por si acaso (al final no hizo falta).

La mojadita no vino de las pozas, sino directamente de la lluvia constante, al parecer y a pesar de unos buenos chaparrones en días anteriores, la sequía había dejado demasiado “tiesos” los acuíferos como para que este barranco tan vertical y habitualmente tan seco, cargara algo de agua, los hilillos que discurrían por la roca se los tragaba la tierra como una esponja.

Un buen día para practicar y para probar las botas de barrancos en mojado… y un frío que pelaba…